lunes, 7 de diciembre de 2009

Primer capítulo de El preferido

Cuando el amor no tiene cara de mujer

En ese tiempo no existían los griegos antiguos, ni Freud, ni Foucault, ni Passolini, ni Stonewall, ni Puig, ni Perlongher.
Eran tiempos de El amor tiene cara de mujer.
Sin duda no tenía amor porque no tenía ni tengo cara de mujer.
Lo que sí tenía era una calentura de padre y señor nuestro.
Sólo existía un señor a la vuelta de mi casa, que era el verdulero de mi barrio.
Tenía trece años.

2 comentarios:

  1. EN UN MUNDO TAN SOLITARIO COMO EL QUE NOS HA TOCADO VIVIR...
    LEER LINEAS DE TANTA IDENTIFICACIÓN, ES UNA INVITACIÓN A COMPARTIR UN ESPACIO, DENTRO DE TU LIBRO.
    MAS ALLA DE TU APELLIDO Y TU TRAYECTORIA, ESPERO QUE ESTE TRABAJO TE BRINDE EL REGOCIJO Y EL AMOR QUE HAS BUSCADO ENTRE TUS OBRAS.
    BESOS, RO

    ResponderEliminar
  2. Comienzo geniel. Felicitaciones. Un abrazo, Franco.

    ResponderEliminar