Sucesos sumergidos en un tiempo disonante donde nada parece anclar al protagonista. La violencia estética de los hechos se une a la inevitable pesadez emotiva a la cual nos lleva la vorágine de una vida donde uno puede encontrarse a sí mismo inconscientemente, como todo y nada de todo. Porque unida a esa disonancia y a esa pesadez se encuentra el abismo que está en todos y del cual nada queremos saber: la vida, así de efímera y esclavizante. Una invitación al lado oscuro de lo que somos.
Milagros Kruk
La Plata,Noviembre 2009
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